La contra
A lo largo del tiempo, el diseño gráfico ha tratado de vender productos e ideas pero también remover conciencias y promover cambios sociales.
Si ya el Pop Art experimentó con el lenguaje publicitario, fué el arte urbano, a través de la alteración de vallas publicitarias, quienes dieron respuesta social a las corporaciones a través de sus campañas, recuperando ese espacio privatizado.
Pero sería en los 90, con el auge de internet y los accesibles programas de diseño digital, cuando la contrapublicidad o piratería publicitaria toma su impulso definitivo. El Culture Jamming se presenta como un movimiento que pretende ironizar sobre la naturaleza homogénea de la cultura popular, en forma de activismo público contrapuesto al consumismo e ironizando acerca de los valores de la imagen corporativa.
Hace poco más de un año apareció Regràfica, en un principio como proyecto de activismo gráfico del diseñador Andreu Gallart, pero la idea es que cualquier diseñador pueda participar mediante el envío de carteles, los que a su vez podrán ser descargados por cualquiera que lo desee.
Como dice Gallart: “la misión principal de Regràfica es que la gente participe: descargando, imprimiendo y pegando los carteles por la ciudad para difundir sus mensajes(…) El corporativismo ha usado el diseño gráfico y la publicidad para su propio beneficio, pero ahora el diseño gráfico está de parte de la sociedad”